Una situación de desidia por todos lados; menores que hacen cualquier cosa en horas de la noche, con total desconocimiento de sus padres que llegan a defenderlos cuando tuvo que actuar la Policía. Por otro lado un Estado que es un desmadre, dos camionetas tiradas junto a un montón de elementos en desuso de sus instituciones, en un descampado sin seguridad entre un gimnasio y una escuela. El fuego afortunadamente no se propagó.