CALETA OLIVIA: Trompadas, tiros, corridas en el centro de la ciudad

Varios individuos quisieron ajustar sus cuentas contra otros sin considerar la presencia de cientos de peatones, automovilistas, entre los que había ancianos y niños. (La Opinion Austral)

La calurosa tarde de la ciudad inflamó los ánimos de un grupo de pendencieros, armados con pistolas, que por poco no la enlutaron. Una chica sobrevivió a la espantosa escena, como varios más. Salía de su turno como empleada en Panadería Analá, cerca de las 18 horas, y percibió el silbido atroz de las balas pasando cerca de su cabeza y su torso.
En una esquina céntrica y muy concurrida, un irascible sujeto disparó contra un chofer de camión; después, la violencia se trasladó a otro lugar concurridísimo: el estacionamiento del supermercado “La Anónima” y en calles circundantes. Pero los protagonistas de esta secuencia fueron más de dos: el chofer del camión, un hombre que descargaba mercadería; el agresor, el que conducía el auto, y quizás otros más que se involucraron después.
Lo único que se pudo comprobar es que por esta seguidilla de hechos hay dos heridos en el Hospital Zonal de Caleta. Uno está custodiado por un policía, porque se sospecha que fue uno de los agresores y que se habría autolesionado accidentalmente.
Fue aterrador para todos los peatones y automovilistas que circulaban a esa hora, en la esquina de San José Obrero y Progreso López, lugar donde está ubicada un comercio de forrajería, frente a la mencionada panadería. A pocos metros están las oficinas de Caleta Video Cable, hay en las cuadras cercanas una librería, una fiambrería, varias peluquerías, oficinas de médicos, kioscos, ferretería, salón evangélico, edificios de departamentos.
De acuerdo a las primeras versiones, un operario de una empresa particular de camiones estaba descargando mercadería en la forrajería cuando, de súbito, frenó un Renault Fluence (azul oscuro) de donde se apeó un hombre armado. Este increpó al operario, comenzó un altercado, y en medio de la discusión el agresor sacó de entre sus ropas el arma de fuego y disparó varias veces, sin apuntar directamente al cuerpo de la víctima.
Aparentemente lo quiso amedrentar, pero una de las balas repicó en el piso y las esquirlas dieron contra una de las piernas del mismo agresor. Es decir que se autolesionó.
Luego, el agresor se subió al autor Renault Fluence y salió del lugar. Algunos testigos creyeron que se trataba de un asalto, por lo que muchos, especialmente los que iban teniendo de la mano a sus niños, salieron despavoridos del lugar de la escena, otros llamaron a la Policía, en este caso la Seccional Primera.
“Nos les importó nada. Por poco no mataron a alguien”, dijo un empleado de un comercio cercano que vio todo: la pelea de dos hombres en la esquina, donde había estacionado un camión blanco con mercadería para la forrajería, después vino la balacera. Tres impactos de plomo aún pueden verse en la fachada de la forrajería. Y allí no terminó todo, sobrevinieron corridas, más estampidos de balas, dos o tres tipos empujándose, corriendo alocadamente.
Y luego, a los pocos segundos, casi la misma escena violenta en el estacionamiento de La Anónima. Dos sujetos golpeando a otro o a otros. Fue todo tan rápido que las versiones son diferentes. Lo cierto es que los testigos, familias que salían o entraban a La Anónima, vieron correr a un hombre por una de las calles laterales del supermercado, y que llegó a la intersección de Siekmann y Beauvoir. Allí otros transeúntes quedaron asombrados al ver al hombre golpeado en la cabeza, tenía un corte en el cuero cabelludo desde donde la manaba abundante sangre. Fue trasladado al Hospital Zonal.
Fuentes extraoficiales dijeron que el terrible altercado se habría producido por una disputa gremial. Los primeros datos indicarían que el primer agresor es afiliado al gremio de Camioneros. También el rumor es que habría presionado al dueño del camión que le lleva mercadería a la forrajería para que se afilie o que contrate a un afiliado. Y que el propietario de ese camión se habría negado. Que ese fue el motivo aparente de la discusión que terminó a las balas.
 
Esto se aclarará a su debido momento, ante el Juez de Instrucción, doctor Gabriel Contreras, que está a cargo de la investigación.