RIO GALLEGOS: Apartan a poliladron por robarle celular a un menor al que demoró en la vía pública

El uniformado pasó varias horas en el calabozo luego de que, acorralado por una denuncia judicial del padre del chico, tuviera que devolver el celular que sustrajo de la mochila de un menor al que había puesto contra la pared por averiguación de identidad.(Tiempo sur)

 
El  hecho sucedió el 1° de junio por la tarde, cuando a eso de las 18:30 cinco jóvenes, todos ellos menores de edad, fueron demorados por la Policía, en inmediaciones del Colegio Nº17.
La práctica resulta cotidiana para la fuerza de seguridad, que está habilitada a la “averiguación de identidad” pero en el caso de menores, muchas veces constituye un verdegueo sin asidero.
Según figura en la denuncia a la que tuvo acceso TiempoSur y que se tramita en el Juzgado de Instrucción Nº2 de la jueza Valeria López Lestón, los chicos, de entre 15 y 16 años, caminaban por calle Inmigrantes, cuando de pronto frena un patrullero del cual descienden dos uniformados, entre ellos una mujer.
En ese momento, ordenan a los chicos colocar las manos en alto y ponerse contra el paredón del Colegio que está en la intersección de esa calle con Solís y, sin mediar explicacion, comienzan a revisar sus pertenencias.
A los pocos minutos llegó otro patrullero con otro grupo de uniformados, que colaboraron en el “operativo” que consistió básicamente en revisar los bolsillos y las mochilas de los chicos, ayudados por una linterna, mientras les exigían que no mirasen y que mantuviesen sus rostros contra la pared.
Según quedó asentado en la denuncia, que horas más tarde hizo el padre de uno de los chicos, los menores permanecieron bajo esa pesquisa alrededor de “una hora”, en la que los uniformados no pudieron encontrar nada que explique sus presuntas sospechas. No hubo ni armas, ni droga y, por lo tanto, los dejaron seguir.
Sin embargo, cuando la policía se fue, uno de los chicos constató que el celular que tenía en la mochila ya no estaba y dio aviso a sus padres.
Es entonces que se dirigen a la Seccional Cuarta de Policía, emplazada en Gregores y Beccar, para reclamarle a los dos policías que los habían detenido en la vía pública, por la sustracción del aparato telefónico. Según se lee, la respuesta habría sido “si hacen la denuncia no va a servir de nada”.
Aun así, el padre radicó la denuncia judicial alrededor de las 22:00, logrando un resultado alentador, ya que, por averiguaciones internas, se pudo constatar que, efectivamente, el policía que les había ordenado ponerse contra el paredón había sido quien sustrajo el teléfono.
Tal es así que al día siguiente, el efectivo policial fue detenido durante 24 horas, luego de haber reconocido el robo y devuelto el teléfono en medio de una serie de pálidas excusas.
 
El uniformado en cuestión lleva once años en la Policía de Santa Cruz, prestaba servicio en el Comando Radioeléctrico y su rango es de suboficial, toda una carrera en danza echada por la borda, ya que dos días más tarde, la Jefatura decidió que fuese apartado.