BARILOCHE: Escalofriantes registros fílmicos del homicidio de Horacio Rojel

Se alerta acerca de la crudeza y violencia extrema de las siguientes imágenes. Las personas con sensibilidad al respecto deberían abstenerse de observarlas, al igual que los menores de edad y los familiares y allegados de los directamente involucrados. (El Cordillerano)

 

La decisión de difundir el presente material se ha tomado en base a una de las premisas del periodismo, que debe otorgar la mayor cantidad de elementos válidos y certeros al público en general, contribuyendo así a la formación de lo que llamamos “opinión pública”.
El material ya ha sido exhibido en el juicio y formó parte sustancial del debate que se desarrolló en los tribunales locales.
Los hechos
El caso contra César Retamales resulta atípico. Cada caso judicial enfrenta generalmente inconvenientes cuando para sostenerse la acusación debe recurrirse a la memoria de testigos. El paso del tiempo y los nervios que atraviesan los presentes ante la consumación de un hecho violento, conspiran contra la claridad que debe obtenerse para una sentencia condenatoria.
El caso de Retamales no. La fiscalía empezó el juicio pidiendo que se exhibieran los videos obtenidos por las cámaras de seguridad. Es que a través de diez cámaras, puede reconstruirse plenamente lo ocurrido esa trágica noche del primero de julio de 2015.
Una primera imagen, permite observar a Retamales y un acompañante ingresando al casino con botellas de bebidas alcohólicas en la mano, a la hora 00:35.
Tiempo después, Retamales y su acompañante juegan en una mesa de dados hasta que a la hora 1:45, llega Rojel, que se saluda con el sujeto que acompañaba a Retamales. Rojel cambia dinero por fichas y poco después empieza a jugar.
Desde otra cámara puede verse lo que parece ser una discusión de juego. El compañero de Retamales abandona la mesa y parece discutir con personal del casino, mientras que el acusado permanece en la mesa, desde donde gesticula.
Siendo la hora 1:52, cuando el compañero de Retamales vuelve a la mesa, el acusado parece decirle a Rojel “¿Qué mirás?” y Rojel responde extendiéndole la mano para saludarlo. Continúan conversando pero empieza la discusión. La actitud corporal de Retamales es de pelea, se acerca a la víctima y suben el tono de la discusión. Llegan al lugar empleados de seguridad e intentan apaciguar los ánimos. Durante algunos minutos discuten e intentan llevarse a Retamales, quien en primera instancia forcejea, pero cuando llegan más empleados de seguridad acepta irse, pero sale discutiendo.
Poco después, Rojel es invitado a salir del casino, pero antes busca a su pareja y al hijo de ésta. Siendo la 1:58, los tres suben al ascensor que los llevará al estacionamiento subterráneo. Los acompañan empleados de seguridad y bromean. Todos se ríen.
Mientras atraviesan la playa de estacionamientos para salir hacia calle Otto Goedecke, en dirección contraria se acerca Retamales. Son las 2:01 cuando se lo ve ingresar decidido por la rampa de egreso del estacionamiento. Habla por teléfono y corta cuando llega casi al final de la misma.
A las 2:02, se cruzan en el medio del trayecto entre el ascensor y la calle Goedecke. Sin mediar palabras Retamales golpea a la víctima que cae al suelo. Se recupera pero camina tambaleante. Sus acompañantes intentan contener al agresor, forcejean durante algunos minutos y salen todos juntos hacia la calle.
La salida es registrada por otra cámara. Son las 2:05. Retamales se saca el chaleco en actitud de combate y parece advertir que seguirá la pelea. Rojel se toca la cara y se limpia la sangre con su campera, mientras que la pareja de la víctima, intenta contener a su hijo para que no intervenga.
Otra cámara registra la salida hacia la calle. De fondo se ve la camioneta Ford F100 de la víctima, estacionada. Hablan, discuten, forcejean por largos minutos (se pierden en la imagen al colocarse detrás de la F-100). A las 2:07, Rojel abre la puerta de su camioneta, pero no sube. Rodea el vehículo y siguen las discusiones. Dos minutos después, Rojel se acerca a la caja de carga de la F100, siguen discutiendo pasa por detrás del utilitario y parece tomar la decisión de retirarse, pero recibe un golpe que lo noquea y cae al suelo inconsciente. Retamales no cesa la agresión. Todos los golpes son en la cabeza de la víctima, indefensa.
Las imágenes captan a dos personas que lo quieren persuadir de retirarse, pero vuelve y le sigue pegando. Pasan algunos autos, ninguno frena. Se ven las luces de un auto estacionado que arranca, pero no se van y Retamales vuelve a la escena. Finalmente parecen retirarse todos en un auto gris (Fiat Palio o Ford Fiesta).
Poco después para un taxi y se va. Seguidamente, para otro taxi que busca ayuda. Aparecen transeúntes que llaman por teléfono pidiendo auxilio. Llega personal policial que asiste a la víctima. Intentan ponerlo de costado, porque según contó un testigo durante el juicio, parecía ahogarse en su propia sangre. Realizan maniobras de RCP.
Paulatinamente llegan más uniformados a la zona y alrededor de 20 minutos después de la agresión, paramédicos lo cargan en una camilla y luego en ambulancia, para llevarlo hasta el Hospital Zonal, distante a poco más de un centenar de metros. Llegó sin vida al nosocomio.
 
Tras el desarrollo del juicio, el fiscal de Cámara Eduardo Fernández reclamó una pena de catorce años de prisión para Retamales. El abogado de la parte querellante, Rodolfo Rodrigo solicitó once años de prisión, mientras que el defensor particular Fernando Palmieri reclamó cuatro años de prisión por homicidio en estado de emoción violenta. La sentencia se dará a conocer el próximo 22 de marzo en horas del mediodía.