CDRO. RIVADAVIA: En medio de un operativo, la Policía Federal casi mata a un hombre
J. tiene 70 años y reside en Wilde y Juvenilia –barrio Ceferino- desde 1991. El domingo a la madrugada, cuando su hija le avisó que alguien corría por los techos de su casa tomó su viejo revolver calibre 22 que compró en “Casa Gorchs” y salió al patio.
Argumentó estar “cansado” de los robos que padece y de los daños que le ocasionan los muchachos que “paran” en el pasaje Zamora, por lo que al ver correr a los intrusos disparó al aire para ahuyentarlos. Como respuesta recibió tres disparos, uno de los cuales le impactó el brazo derecho, muy cerca del tórax.
Más tarde J. sabría que quien le disparó era un policía federal que participaba de los allanamientos enmarcados en un operativo antidrogas. Según denunció, nunca se identificó como tal.
EN PRIMERA PERSONA
“Allá (en Benito Lynch y Wilde) estaba haciendo allanamientos la Policía Federal en el kiosco; resulta que habrá pasado media hora y me dice mi hija: ‘papá, alguien anda por los techos’ y le digo ‘ahora voy'”, contó J.
“En el pasaje Zamora siempre están tomando, ya me tiraron un poste del teléfono y me rompieron los caños de agua… una de las tantas cosas… me tiran piedras en el techo. En función de eso es que salí… nunca salgo armado, pero esta vez como que me levanté medio ‘tarado’; salí con el arma afuera y vi que el tipo andaba y le hice un tiro al aire, y el tipo en vez de decirme ‘soy policía’, no; comenzó a dispararme. Y ahí me pegan acá (muestra la herida en el brazo derecho)”.
J. sostiene que el que le disparó “andaba con jean… eran dos y en vez de decirme que eran policías, empezaron a tirar por lo menos tres o cuatro tiros. Mucha casualidad que estaban los alambres, sino hubiera sido un desastre”.
Ayer junto a su mujer escuchaban por la radio lo que decía la juez federal Eva Parcio, “que fueron 20 allanamientos y doce detenidos, que fue una gran tarea de la Policía Federal de Madryn, Trelew y Rawson. No hubo cargamento grande encontrado; es decir no se encontró droga, se secuestraron solamente celulares”, anotó la mujer en un papelito.
“Yo hice un tiro al aire y después hice dos más. ‘¿Que está pasando?’, digo. Entonces me vengo para la casa; agarro el teléfono, llamo al 101 y le digo que me estaban haciendo tiros, y entonces vino toda la Policía y recién ahí yo le hice señas para que vengan para acá (a su casa), para que vayan a ver (al patio) y entonces fueron… me dicen: ‘no, no; son de la Federal; tirate al piso’. Ahí no más me esposaron y dieron una mirada para ver si había más gente”, contó el anciano.
“Cuando me tiraron al piso, me preguntaban por el arma; dónde estaba. Yo estaba en el suelo y me vengo para acá y le digo ‘allá está, anda a buscarla’ porque uno quiere que se termine todo, para sacarse de encima todo el problema. Los policías de la Seccional Cuarta me dijeron que los otros eran policías. Los de la Cuarta se portaron perfecto”, acotó la mujer de la víctima.
ROBOS Y DAÑOS
“Te da bronca porque esto ya viene de antes. Es una constante; nosotros llamamos a la Policía y los pibes tiran piedras; se pelean entre ellos… las veces que los hemos llamado. Acá también han robado. Unos pibes que habían salido de estar detenidos, entraron y nos robaron a las 6 de tarde. Vos juntas todo eso y haces un combo. Yo tiré al aire para que se vayan”, insistió el vecino del barrio Ceferino.
“En el tercer tiro ya me vine para acá, agarré el teléfono y llame al 101. En el acta que ellos hacen, el policía pone que ellos me avisaron que eran policías, pero en realidad no. ¿Pero cómo puedo yo probar que no fue así?” se preguntó J. que ayer debió comparecer ante la Oficina Judicial acusado del incidente y de la portación ilegal del arma de fuego. El sostiene que el revólver 22 siempre lo tuvo guardado y que le faltó tiempo para registrarla.
“Ahora yo me entero que habían hecho un operativo grande. Dicen que a mí nadie me tiene que decir que hacen operativo porque yo no soy una autoridad importante. Yo alcancé a ver dos, uno que me disparó y el otro que se metió por ahí. En función de eso que pasa siempre (que corren por los techos y le apedrean la vivienda) es que yo actué. No es que una cosa que pasó hoy y yo me hice el loquito” se defendió el vecino.
J. prefiere no dar a conocer su nombre, ni su rostro. Teme que haya consecuencias.