RIO COLORADO: Los 15 días en “el infierno” de los bomberos de esta localidad
Pasaron días sin alimentarse bien. Con agua escasa y durmiendo muy poco. Fueron maltratados por algunos ganaderos. Sus testimonios cuando las llamas ya dan un respiro. (RioNegro)
Voluntarios, solidarios, hombres que se movilizan con el impulso de ayudar. Y lo hacen sin restricciones. Cuando suena la alarma de la sirena, dejan todo. En pocos minutos están listos para prestar auxilio.
En los 15 días que lleva el intenso incendio, trabajaron sin descanso en los campos, peleando junto a los propietarios, vecinos, amigos. Todos combatiendo los focos que avanzaban en todas las direcciones , aunque ayer la situación comenzó a dar un respiro: sólo había activo un solo foco y lleva más de 24 horas controlado.
Los protagonistas centrales son los bomberos que prestan servicios en los cuarteles de Río Colorado y Colonia. Gente sencilla, que arriesga su vida para salvar la de otros. O los bienes particulares de personas que la mayoría de las veces ni conocen.
Una de las cuadrillas que pasó una semana sin regresar a sus domicilios –en medio de las fiestas de fin de año– fueron los voluntarios: César Gutiérrez (cabo primero) Víctor Torralba (sargento mayor) Diego Rojas (sargento) Juan Pablo Domini (sargento Primero) y Paulo Alarcón (aspirante a bombero).
Durante las agotadoras jornadas, se multiplicaron las historias intensas, en las que pusieron en riesgo su integridad física y la de otros. Luego, con la tarea concluida llegaron los agradecimientos por las tareas realizadas. Pero también el maltrato de algunos propietarios que descargaron su bronca en ellos, al ver como el fuego destruía su patrimonio.
Sin comer ni bañarse
Muchos pasaron días sin comer, sin bañarse, durmiendo poco tiempo en la caja de la camioneta. O en mejores circunstancias, apelando a la solidaridad de algún dueño de campo.
Por trabajar tan cerca de las llamas, dos de ellos fueron afectados en brazos y partes del cuerpo. Muestran las marcas como si fueran cicatrices de guerra.
Dos bomberos de Choele pasaron más de 24 horas trabajando y solo se alimentaron con agua y algunos caramelos.
Normalmente las tareas se inician al atardecer y duraban hasta las primeras horas del día siguiente. Cuando la temperatura es más baja. “Pero hubo días en que la desesperación por salvar una parte de los campos eran tantas, que trabajamos como 30 horas seguidas, sin comer, solo tomando agua y con algún pedazo de pan que manoteábamos a la pasada”, comentó Juan Pablo.
“Muchas veces fuimos una marioneta para el viento. Trabajamos en un lote con el contrafuego todo el día. Faltaban metros para controlarlo, y de repente una ráfaga o un remolino, nos prendía más lejos, explotaba, y echaba por tierra todo el trabajo del día”, añadió César
“También pasamos momentos difíciles con el maltrato, insultos o la desaprensión de propietarios de campos. Nos paso que llegábamos a un terreno y ya estaban trabajando el dueño y algunos vecinos, tratando de apagar los fuegos. Nos insultaban porque no habíamos llegado más temprano. Y no entendían que habíamos estado trabajando en otro lote y en el campo llevábamos varios días”, sostuvo Diego.
Hubo casos en que el ganadero no permitía que realizaran los contrafuegos en sus campos porque especulaban con que hasta allí no llegaría. O les cerraban las entradas con candados. “ Teníamos que ir varios kilómetros más adelante, pero cuando el viento cambiaba, el fuego nos alcanzaba, quemando todo y afectando a más vecinos”, cerró Víctor.