Aguerre se negó a declarar y los testigos dan cuenta de un entredicho menor como móvil del asesinato
El Tribunal de Juicio Oral dio inicio al proceso oral y público contra Miguel Angel Aguerre de 34 años, por el delito de homicidio, en relación al crimen de Joel Grondona de 28, acaecido el pasado 6 de marzo en Tolhuin.
Tras la negativa a brindar declaración indagatoria por parte del imputado, declaró el principal testigo, Mauricio Domínguez, amigo de la víctima quien lo acompañaba esa noche en que fueron a comer a un local donde se mantuvo el entredicho con Aguerre, el cual luego los siguió a un kiosco de la zona, donde lo ultimó de una puñalada.
Aduciendo mala memoria, el testigo Domínguez tuvo numerosas contradicciones y fue renuente a relatar lo que realmente ocurrió, ya que inicialmente manifestó que su amigo –Grondona- no consumía mucho alcohol, para terminar reconociendo que esa noche tomó más de ocho cervezas de litro y que estaba ebrio.
En ese estado se había dirigido a un local de comidas “Carlitos” donde se sentó muy cerca de ellos Aguerre, produciéndose un inconveniente increíble allí con la caída del pan al suelo, el cual fue levantado por el testigo y su amigo.
Domínguez relató que allí Grondona comenzó a “hablarle al pan”, producto de su estado, señalando que manifestó “si quiero te cago a tiros”.
La proximidad con Aguerre habría sido tomado por este como una provocación que motivó un cara a cara que terminó con la intervención de Dominguez y del propio dueño del local, quien luego continuó declarando.
A la falta de mayores datos aportados por el testigo Domínguez, se continuó con el testimonio de Carlos de Melo, propietario del local de comidas, quien señaló fue puesto de aviso sobre esta discusión y que intercedió para que no pasara a mayores, tras lo cual Grondona y su amigo se retiraron.
El testigo refirió que Aguerre, quien era cliente asiduo del local, se retiró pocos minutos después dejando la cerveza que estaba bebiendo.
Puñalada fatal
La escena se trasladó al kiosco JAD, donde la mujer que atendía, Teresa Quintana, dio cuenta del ingreso de Grondona y su amigo que fue al baño, y que luego entró Aguerre, quien lo rozó y hubo un cruce de palabras.
La mujer aseguró que Aguerre salió al patio de comidas del local y que luego al salir los jóvenes supo que se habría producido el hecho de sangre a metros de la salida, viendo ya a Grondona ensangrentado.
En el momento crucial el testigo Domínguez aseguró que fue Aguerre a quien vio tomándolos “desprevenidos” a la salida del kiosco, estirando su brazo hacia su amigo Grondona, expresando que no notó cuchillo o arma alguna a causa del “shock”.
La falta de precisión de este testigo, sumado a que asegura que a Aguerre no lo conocían con anterioridad, mantiene la hipótesis de que el crimen fue a causa de algo tan insignificante como un ocasional cruce de palabras que terminó llevándose una vida.