PTO. NATALES: El asesino de Priscila Vera pidió perdón

Durante más de una hora y media declaró ayer ante el Tribunal Oral en lo Penal de Puerto Natales, Diego Molina Guerrero, el autor confeso del asesinato de la joven natalina, Pricila Vera Mansilla, a cuyos familiares les pidió perdón y a quienes manifestó sentirse arrepentido del feroz hecho de sangre consumado el 28 de octubre del año pasado, fuera de la ciudad (La Prensa Austral).

 
A las 8,42 horas de este miércoles se inició el juicio oral ante el Tribunal presidido por el juez Julio Alvarez e integrado por José Flores y Claudio Neculmán. Por el Ministerio Público actúa el fiscal regional Eugenio Campos, el fiscal jefe de Puerto Natales Alvaro Pérez, junto al querellante Ramón Ibáñez. Por su parte el imputado es representado por el defensor penal público Pablo Santander.
En los alegatos de apertura, el fiscal Campos solicitó la cadena perpetua como autor de homicidio calificado con las agravantes de la alevosía y ensañamiento. Por su parte el defensor pidió que se juzgara al acusado por el delito de homicidio simple, y que se acogiera como atenuante su colaboración eficaz en el esclarecimiento del crimen.
Tras ello, el único acusado, Diego Molina, accedió a prestar declaración voluntaria ante los jueces, dando a conocer su versión de los hechos, siendo posteriormente interrogado y contrainterrogado por los intervinientes.
Estaba alucinando
En su testimonio que se extendió desde las 9,30 hasta las 11 horas, Molina manifestó que había viajado a Puerto Natales con el decidido propósito de robar en el comercio, por ser su “trabajo”, de hecho era un reconocido “mechero”. Por ello portaba un cuchillo de  sierra o de “mesa” como lo describió, pues este le permitía retirar los seguros de los artículos que iba a sustraer. Sin embargo, tras ser interrogado por el fiscal debió reconocer que era un cuchillo con filo y de tamaño mediano.
En su relato el acusado agregó que en forma accidental se encontró con Pricila en su lugar de trabajo y que ambos quedaron en juntarse en la tarde del 28 de octubre para consumir droga, según sus dichos. Su víctima le pidió caminar a un lugar alejado de la ciudad (camino 4 de los Huertos Familiares) y que allí habrían consumido alucinógenos (los análisis realizados al cuerpo de la infortunada joven revelaron que no tenía rastro alguno de droga).
Enseguida sostuvo que la droga le generó alucinaciones y que la frágil mujer de 21 años lo habría atacado, precisando que “perdí el conocimiento. No sé qué me pasó. En ese momento estaba alucinando y comencé a defenderme con todo lo que encontraba. Con todo respeto lo voy a decir, sentí como que estaba peleando con un mono”.
Luego asegura que se quedó dormido por espacio de media hora, tras lo cual intentó entregarse a Carabineros o la PDI, pero decidió hacerlo en Punta Arenas. No descartó entregarse en la Defensoría o el Tribunal, sin embargo luego de tres días fue detenido por funcionarios de la PDI consumiendo alcohol en un local nocturno en Punta Arenas.
El acusado terminó su narración de los hechos, expresando: “Debo reconocer que estoy arrepentido de todo lo que pasó, de lo vivido para mí, ha sido fuerte. Sé que nunca la familia me va a perdonar lo que pasó. Ellos dicen ‘eres imperdonable’, quizás ‘maldito muérete’, dirán”.
“Quiero decir que Pricila descanse en paz y que Dios la bendiga y a la familia también y le pido perdón a todos ellos de corazón, porque para mí fue fuerte”.
Pruebas en su contra
Luego de las palabras de Molina la Fiscalía llamó a declarar al médico legista, Magdiel Guerrero, quien dio cuenta de las 95 puñaladas que recibió la víctima en diversas partes del cuerpo. El dolor y la agonía de la joven que se prolongó por lo menos por media hora hasta morir desangrada en el lugar, sin recibir auxilio de ningún tipo. Luego se exhibieron fotografías que dieron cuenta de los cortes que sufrió en sus manos, dorso, brazos y su cuero cabelludo, entre ellos, el corte mortal de su vena yugular.
También entregó su declaración la testigo que halló el cuerpo de la joven el 31 de octubre en las cercanías de un alambrado. La mujer creyó en un primer momento que era una broma de Halloween. Sin embargo, al acercarse, la vio con los ojos abiertos “mirando hacia el cielo y con su pelo enredado con ramas de calafate”, confidenció antes de llorar al recordar ese traumático momento. Lo anterior era escuchado con pesar y dolor por parte de los familiares de Pricila que estuvieron todo el día en el Tribunal.
Finalmente declararon los efectivos policiales de la PDI y de la Sip de Carabineros, los que aportaron antecedentes sobre sus investigaciones que daban cuenta que el autor del crimen estaba totalmente identificado al momento de ser detenido.
Asimismo se estableció que el autor del asesinato, tras cometer el crimen, arrastró a la víctima por varios metros para dejarla en otro lugar.
Contundente prueba
El fiscal regional Eugenio Campos señaló a los medios de prensa en la tarde de ayer que el trabajo realizado culminará el viernes (mañana) con un veredicto condenatorio de homicidio calificado con alevosía y ensañamiento. En su opinión, obró sobre seguro y causó deliberadamente el mayor dolor a la víctima. Eso se explica con las lesiones cortopunzantes que le realizó en el cuero cabelludo.
Expresó su confianza en que se conseguirá un veredicto condenatorio contra Molina con una condena de presidio perpetuo.
Sobre lo planteado por el acusado que habría actuado bajo el efecto de las drogas, el jefe regional del Ministerio Público afirmó que “es poco creíble esa versión. Un sujeto que da 95 puñaladas, arrastra un cuerpo, toma un taxi, se registra con nombre falso, se dirige a Punta Arenas y deambula por distintos sectores, que se ubica en el tiempo y en el espacio, no tiene pérdida de conciencia y no nos puede llevar a pensar que no sabia lo que hacía”.
Por último, el abogado defensor Pablo Santander enfatizó que “la versión del imputado se ha ido corroborando con los medios de investigación. Creo que el Ministerio Público en su descripción de los hechos se aleja incluso de sus propios medios de prueba. Creo que la versión del imputado se ha ido confirmando en cuanto a lo que describe, el tiempo y como sucedieron los hechos, de manera que estamos conformes con lo obrado el día de hoy (ayer)”.