Peritos declararon e indicaron que Santiago Liquín cruzó desde el lado que era más visible y mañana son los alegatos
La testimonial de los peritos de Policía Científica ratificó la pericia accidentológica que indicó un exceso de velocidad en el conductor. Asimismo brindaron detalles de la reconstrucción en base al testimonio del amigo de Santiago Liquín que sobrevivió al accidente y que contradice la versión del conductor sobre el cruce peatonal.
Esta mañana se realizó la segunda jornada y concluyeron las testimoniales en el juicio oral al conductor Germán Sopena, imputado del “homicidio culposo agravado por conducción imprudente de un rodado”, en perjuicio del estudiante de 18 años Santiago Liquín, fallecido el 29 de octubre del año 2021.
Para esta ocasión declararon dos integrantes del equipo de Policía Científica, que realizó los peritajes en el lugar del accidente y que certificaron que el rodado circulaba “a no menos de 65,73 kilómetros por horas”, en exceso de velocidad en un área donde la máxima permitida es de 60 k/h.
Allí evaluaron los daños en el rodado y el sitio donde terminó el mismo, para calcular mediante la fuerza de inercia y masa, la probable velocidad, ya que el sitio carecía de frenada, y el rodado se detuvo recién a varios metros luego del atropellamiento fatal.
Las peritos hablaron e indicaron lo realizado en la reconstrucción del accidente llevada a cabo en el lugar del siniestro en junio de 2022, en base al testimonio del amigo de la víctima, Matias Berger, quien allí marcó el punto de cruce y como sucedieron los hechos, aclarando su versión luego de una contradicción inicial.
El modo en que relató los hechos Berger, si bien no coincidió con el preciso punto de impacto que marcaron los peritajes de la Policía Científica, tuvo una coincidencia con otros datos adicionales tales como el lugar donde fue encontrada la botella que iban a tirar en un cesto de basuro que estaba en el lado opuesto de la avenida, motivando el cruce de la misma.
La botella fue peritada por Policía Científica a escasos metros del punto de impacto sobre el cantero del boulevard, lo que refuerza la versión de Berger de que aún iban en dirección del cesto y no la del conductor (que retornaban de tirar la botella en el cesto de basura).
Esto indica que los jóvenes cruzaron efectivamente desde el lado más visible de la avenida, y no que saltaron desde el cantero del boulevard, tal lo expresado por Sopena en su indagatoria.
Los peritos señalaron que un conductor que observa un estímulo externo, como puede ser un peatón, tiene un tiempo de reacción de 0.75 a 1 segundo en condiciones normales. La ingesta alcohol incrementa en un 26% el tiempo de percepción de un conductor, cabe recordar que a Sopena tuvo alcoholemia positiva en 0.32.
En ese sentido los peritos realizaron una muestras de las imágenes tomadas en la reconstrucción, estimando que por la velocidad el rodado circulaba a 18 metros por segundo. En ese sentido hicieron una recreación a 36 metros el rodado de los peatones, lo que daba 2 segundos de posible reacción.
En esa pericia la imagen demostraba que los peatones eran claramente visibles y a pesar de ello no hubo frenada, lo que indica que el conductor no tuvo el deber de cuidado suficiente.
Con estos elementos las partes alegarán mañana a partir de las 9.00 de la mañana.