PTO. MADRYN: “La estafadora de Tinder” es una policía de Santa Fe
Se trata de una mujer que está en arresto domiciliario en una causa vinculada al narcotráfico en la provincia litoraleña. La allanaron por la denuncia de un joven madrynense en una estafa de 4,5 millones de pesos. (El Patagónico)
La Policía allanó un domicilio en la provincia de Santa Fe en donde vive Leila Ríos, una mujer denunciada en Puerto Madryn, por engañar durante tres años a un joven madrynense y estafarlo en 4,5 millones de pesos.
Lo sorprendente es que la mujer, de 28 años, es una efectiva de la Policía de Santa Fe y actualmente se encuentra bajo arresto domiciliario en una causa federal junto a su pareja, donde le secuestraron 200 kilos de marihuana y armas de origen, presuntamente, ilegal.
Ríos fue denunciada en Puerto Madryn por un joven con quien mantuvo una relación virtual durante tres años. Es mismo afirmó haber sido estafado en varios millones de pesos, según su denuncia.
Tras recibir amenazas por negarse a pagar un crédito que había solicitado la mujer, el hombre decidió terminar la relación virtual y radicó la denuncia que lleva adelante la Fiscalía de Puerto Madryn con la colaboración de la División de Investigaciones policiales.
La causa que investiga a Ríos tiene que ver con una organización criminal acusada de usurpar casas, manipular armas de fuego y almacenar estupefacientes a grandes escalas en la ciudad de Santa Fe. En junio del año pasado, el juez penal, Octavio Silvale revocó la prisión domiciliaria de una de las policías implicadas en la banda: se trataba de Leila Ríos.
La investigación reveló una serie de escuchas en donde Ríos y su pareja, Juan Pedro “Pato” Calderón (41), también preso, tuvieron diálogos por demás de alarmantes. En una de las escuchas, la mujer y Calderón hablaron de atacar el domicilio de una de las fiscales del caso. “Me dan ganas de ir a reventarle la casa a la fiscal”, dijo la imputada a Calderón.
En otra escucha, Calderón habló de “la fiscal” y sobre “cómo se maneja”. “¿Y la fiscal esa, no sabes cómo se maneja?”, y la imputada le contestó: “eso lo hablamos después”.
La investigación también incorporó otra escucha en donde presuntamente Calderón habló de querer atentar contra la vida de un abogado penalista de Santa Fe que fue imputado en la presente causa. “Yo le voy a dar un balazo”, expresó por medio de un teléfono que utilizó desde su celda.
En otra escucha, las fiscales también detectaron que la pareja planificó amedrentar a quienes fueron testigos de la causa e hicieron referencia a “romperles la cabeza” por su vínculo cercano con la pesquisa.
Otro de los argumentos que utilizaron desde la Fiscalía fue que la mujer visitó a Calderón en la comisaría (estando con la domiciliaria) y que presuntamente se hizo pasar por otra persona.
No obstante, las escuchas también develaron que la imputada realizó guardias, junto con otras personas, en las viviendas que supieron ser usurpadas por el engranaje criminal y tras el desbarate volvieron a estar desocupadas