PTA. ARENAS: Absuelven a hombre que en 2020 se entregó por quema de paraderos
Jaime Varas Chamorro ha protagonizado dramáticos episodios, cumplido largas condenas, declarado enajenado mental y, en plena pandemia, encontrado abandonado con desnutrición e hipotermia. (La Prensa Austral)
Absuelto por el delito de incendio, que afectó a los paraderos de la locomoción colectiva del sector del Hospital Clínico, resultó el hombre que fue llevado a juicio por éste y otros incidentes perpetrados durante 2021 en Punta Arenas.
Jaime Varas Chamorro conoció ayer de la decisión del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, quedando ahora a la espera de conocer la sanción que deberá cumplir por la falta de daños al Centro del Adulto Mayor, ubicado en Avenida Eduardo Frei, y por violación de morada al mismo establecimiento. Por cada uno la Fiscalía solicitó una pena de 540 días.
Conocida la decisión de los jueces, la defensa solicitó modificar la medida cautelar que Varas viene cumpliendo desde octubre de 2020 cuando el mismo se entregó a Carabineros reconociendo ser el responsable de los delitos. No obstante, los magistrados resolvieron mantener la prisión preventiva, tomando en consideración que se trata de una persona sin domicilio y en situación de calle.
Además, Varas también presenta anotaciones anteriores. En mayo de 2008 fue condenado a 7 años de presidio por un robo con violencia. El hecho ocurrió cuando en compañía de otro hombre asaltaron a un transeúnte en el sector de Avenida Frei y lo llevaron hasta un sitio erizo para golpearlo y sustraerle su ropa y especies. Por este delito dejó la cárcel antes de cumplir la sentencia, al ser favorecido con la libertad condicional.
El drama personal
El hombre se encontraba detenido desde 1988, tras ser procesado y condenado a ocho penas, que en su conjunto totalizaban 35 años y 21 días de cárcel, producto de su participación en 3 delitos de hurto, 4 robos con fuerza y 1 robo con intimidación.
Sin embargo, en 2005 este hombre de 58 años fue nuevamente puesto en libertad al concluirse que se había transformado en un enajenado mental.
Desde aquel entonces la historia de Varas Chamorro se ha hecho conocida. Fue el mismo quien en 2018 contó parte de su vida mientras se encontraba como usuario de la Hospedería del Hogar de Cristo. “Esto es un hogar es mi hogar, acá tengo a mi familia”, señalaba para luego recordar que desde niño siempre se vio envuelto en problemas que lo llevaron a la cárcel, que es hijo único y que nunca pensó en casarse producto de su asumida enfermedad. “Tengo problemas de salud, artritis, esquizofrenia. En el día salgo en silla de ruedas y me voy al BancoEstado, no para pedir plata, aunque tengo un tarro por si me quieren dar. Por la noche vuelvo a la hospedería”.
Dos años después, ya en medio de la pandemia, Varas protagonizó un nuevo hecho. Esta vez fue encontrado en una mediagua de la Toma Lautaro, en prolongación Enrique Abello. Se encontraba con claros signos de desnutrición e hipotermia. Sólo la intervención de un grupo de jóvenes voluntarios de una fundación y de Carabineros lograron evitar un desenlace fatal. En el hecho debió ser internado de urgencia en el Hospital Clínico.
A la cárcel
Fue así como llega el 11 de octubre de 2020, cuando alrededor de las 13 horas Jaime Varas sostiene una discusión con otras personas en situación de calle que pernoctan en los paraderos que se ubican en las afueras del hospital, en Avenida Frei.
Los antecedentes aportados por la Fiscalía indicaron que primero se dirigió a la garita ubicada en la vereda norponiente y con un objeto portador de llama prendió fuego a frazadas y otros elementos. Luego se dirigió al paradero de la vereda nororiente, desarrollando la misma acción.
Ese mismo día, cerca de las 21 horas, llegó hasta la Casa de Acogida Centro del Adulto Mayor, ubicado en el mismo sector, con el propósito de ingresar para sustraer especies. Fue sorprendido al interior luego de fracturar un vidrio.
Durante su paso por la cárcel de Punta Arenas, también ha protagonizado algunos incidentes. En abril del año pasado prendió fuego a un colchón en su celda, motivando la intervención de Bomberos y el desalojo de todo un sector del penal; posteriormente llevó adelante una huelga de hambre.
En pasos anteriores por el recinto carcelario, intentó quitarse la vida en dos oportunidades, debiendo ser trasladado grave al Hospital Clínico.