PTO. NATALES: Trajo 8 haitianos a trabajar en condiciones inhumanas y ahora lo enviaron a prisión
Por el delito de trata de personas, con fines de trabajo forzado , servidumbre, esclavitud y prácticas análogas , formalizó el Fiscal Jefe de Pta. Arenas, Wendoline Acuña. Del pago final que recibían, “el imputado les descontaba, fotocopias, fotografías, contratos de trabajo, comida no perecible y el propio traslado que efectuó de todos ellos, desde Santiago a Pto. Natales. (La Prensa Austral)
Después de una larga investigación de tres años, originada en una denuncia que presentaron varios ciudadanos haitianos traídos a trabajar a Puerto Natales en condiciones inhumanas, la Fiscalía formalizó cargos en contra del principal inculpado y lo envió a la cárcel a cumplir prisión preventiva.
Se trata de Jaime Tomás Cabrera Almendra, formalizado por la fiscal jefa (s) de Punta Arenas, Wendoline Acuña, por el delito de “trata de personas, con fines de trabajo forzado, servidumbre, esclavitud y prácticas análogas”, respecto de 8 ciudadanos haitianos que ingresaron a Chile entre fines de 2017 y enero de 2018.
Cabrera utilizaba a un sujeto de la misma nacionalidad, quien hacía los contactos con sus pares haitianos, para trasladarlos desde Santiago a Punta Arenas y destino final Puerto Natales, “con la finalidad de realizar trabajos forzados”, argumentó la fiscal.
Luego los llevaron a un sector apartado de la capital de Ultima Esperanza, a más de 64 kilómetros de distancia, específicamente a unos 10 kilómetros de Villa Renoval. Un lugar que ni estaba urbanizado, donde los dejaron en una instalación de material ligero. Ahí se guarnecían con unos plásticos, que Acuña tildó de “ranchas”.
En pleno siglo 21 los tenían sin conexión telefónica y menos internet. Tampoco contaban con servicios básicos, luz, calefacción y alcantarillado.
Menos podían salir de allí porque no había locomoción colectiva. Además que ellos desconocían las vías de conexión terrestre con Puerto Natales.
Esclavitud
En estas condiciones se les exigía trabajar en la recolección, limpieza y almacenamiento de turba. Obviamente que sin contar con la indumentaria necesaria para efectuar esta labor. Y por esto les pagaban 500 pesos por saco, a diferencia de los chilenos que recibían entre 700 y 1.000 pesos por la misma función.
La jornada laboral era extensa. Empezaban a las 7 de la mañana y terminaban a las 20 horas. De lunes a domingo, sin días libres.
Y del pago final que recibían, “el imputado les descontaba fotocopias, fotografías, contratos de trabajo, comida no perecible y el propio traslado que efectuó de todos ellos, desde Santiago a Puerto Natales”, expuso Acuña.
Al final lo que recibían era un pago muy ínfimo, y tampoco tenían contrato de trabajo.
“Estas eran las condiciones en que estas personas trabajaban y por esa razón se formalizó por trata de personas, con fines de trabajo forzado, servidumbres, esclavitud, prácticas análogas”.
Solicitó la prisión preventiva y dado el cúmulo de antecedentes recopilados durante la investigación, el magistrado accedió en la convicción de que habían antecedentes suficientes para dar por acreditado el delito y la participación que le cabe a Jaime Cabrera, que en estos momentos ya se encuentra en la cárcel de Puerto Natales, al menos por los dos meses que se otorgaron a la Fiscalía para el cierre de la investigación.