PTA. ARENAS: Esposa y dos hijos detenidos por asesinato de desabollador

Conmocionada está la comunidad puntarenense luego que durante la madrugada la PDI confirmara la detención de M.I.P.M., esposa del desabollador asesinado Omar Díaz Barría, y dos de sus hijos, O.A.D.P. y C.P.D.P., por su presunta participación en el cruel crimen que en febrero de 2018 impactó a la opinión pública. Tal como lo informara El Magallánico cerca de la 1 de la madrugada de hoy (25 de agosto), hubo novedades sobre este trágico hecho. (El Magallánico)

Sobre las diligencias que terminaron con la detención de estas tres personas, habló el subprefecto Héctor Marín, jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, quien afirmó que “se detuvo por el delito de parricidio a su cónyuge, uno de sus hijos y a su hija”.

Recordó el oficial que en febrero de 2018 el cuerpo de la víctima fue encontrado con múltiples heridas cortantes y penetrantes, y claros signos de quemaduras en su cuerpo.

Subrayó que la recopilación de evidencia hecha de manera rigurosa y científica permitió sostener las órdenes de detención emanadas en contra de los tres implicados.

Se informó que los tres imputados se acogieron a su derecho a guardar silencio.

Los detenidos enfrentarán esta tarde audiencia judicial por video conferencia ante el Juzgado de Garantía de Punta Arenas, oportunidad en la que la Fiscalía imputaría cargos por el delito de parricidio.

“Nosotros no somos asesinos”

Impactante resulta recordar la entrevista que la pareja del occiso entregó en enero pasado oportunidad en que un periódico regional destacó un fragmento de la entrevista en que ella señaló: “Nosotros no somos los asesinos”.

En la nota, que usted puede leer íntegramente en este enlace, la ahora imputada afirmó: “Esa jornada trabajó hasta las cinco en el taller donde desabollaba, en la misma casa (Miraflores Nº 158), de ahí fue a hacer unos trabajos en una cabaña en construcción y regresó como las 20,30 horas. Cruzó a conversar con un vecino y como las nueve volvió a cenar. Mientras se calentaba la comida yo fui a recargar su celular a un negocio. Pero como olvidé comprarle cigarros, porque fumaba mucho, como dos cajetillas al día, lo vi salir y me dijo: ‘Voy y vuelvo’”.