NEUQUÉN: Las Perlas: desbarataron la banda narco del pibe y el cana
La lideraba un adolescente de 17 años de Balsa Las Perlas. Un policía de Senillosa les hacía inteligencia para trasladar la droga y comercializarla.(lmneuquen)
Durante dos meses y medio la Dirección de Antinarcóticos investigó el accionar de una banda narco que extendió la comercialización de drogas desde Balsa Las Perlas a Neuquén y a Senillosa.En medio de las pesquisas descubrieron que el cabecilla de la organización era un pibe de 17 años y que un agente de la Policía de Senillosa se encargaba de hacer logística para permitir la comercialización y evitar los controles.
“Comenzamos la investigación el 8 de mayo cuando obtuvimos el dato de que estaban traficando droga de Balsa Las Perlas a Neuquén”, explicó el director de Antinarcóticos de la Policía Neuquén Eduardo Bravo.
De inmediato se conformó un grupo de trabajo que comenzó a realizar tareas de campo para establecer con certeza que el dato que tenían fuera cierto. Y así lo fue.
Con fotos y videos pudieron establecer que en una casa de Balsa Las Perlas se hacía acopio de cocaína y marihuana que luego eran introducidas en Neuquén.
Con toda esta información el director de Antinarcóticos acudió a ver al juez federal Gustavo Villanueva que autorizó que se ampliara la investigación, se hiciera seguimiento y se concretaran escuchas.
El mecanismo
Con los distintos trabajos de campo y tareas de inteligencia, la Policía pudo establecer que había un joven, que después descubrieron que tenía 17 años, que estaba a cargo de la banda.
Sus hermanastras de 25 y 36 años tenían kioscos de narco menudeo. Una en Balsa y la otra en el barrio Ruca Che de Neuquén.
Fue justamente esta última la que ramificó el negocio a Senillosa. En dicha localidad dio con un joven del barrio San José que comenzó a recibir la droga y comercializarla. Como el negocio iba muy bien decidió extenderlo con su hermano y así pusieron otro kiosco más en el barrio Unión de Senillosa.
En la vivienda del barrio Unión, junto al narco vivía un policía de la Comisaría 11 de Senillosa que llevaba cinco años dentro de la fuerza y se desempeñaba en la parte administrativa.
El agente cooperaba con la organización narco brindando información sensible sobre controles en la zona de la Báscula, operativos dentro de la localidad y los alertaba ante posibles allanamientos.
Al policía amigo le pagan por su valiosa información con droga y dinero en efectivo.
Todos los kioscos de narcomenudeo tenían el mismo funcionamiento, comercializaban en la casa y hacían delivery tanto en moto con en auto. El horario de mayor actividad se daba en horas de la tarde y menguaba a la noche para evitar ser detenidos por los controles policiales.
El golpe
Con todo el organigrama de la organización y roles resulto, la modalidad de comercialización y los domicilios constatados, nuevamente el director de Antinarcóticos volvió a reunirse con el juez Villanueva, pero esta vez para ponerle fecha al golpe.
El día “D” fue este viernes, cuando más de cincuenta policías fueron afectados al operativo que encabezó Antinarcóticos.
En simultáneo se concretaron seis allanamientos, tres en Senillosa, dos en Las Perlas y uno en el barrio Ruca Che. El horario escogido fue las 5 de la madrugada por lo que los integrantes de la banda narco fueron sorprendidos y no opusieron resistencia.
Se detuvo a cinco personas, entre ellas el policía, y se notificó de la imputación a otras tres entre los cuales estaba el pibe de 17 años que lideraba la organización
Entre los elementos secuestrados figuran: dos kilos de marihuana, 100 gramos de cocaína, 260 gramos de creatina que es una sustancia que se utiliza para estirar la droga. Además, se incautaron cinco vehículos, medio millón de pesos en efectivo, 100 dólares, dos escopetas, un revólver calibre 38 y más de 50 municiones de distintos calibres.
Entre otros de los elementos que fueron secuestrados durante el procedimiento figuran, cuatro balanzas digitales, un molinillo que utilizaban para triturar la marihuana, celulares, un Dvr y discos externos que serán peritados.
Con la caída de la banda, queda a la vista que el negocio de la droga en la región sigue siendo un emprendimiento que deja sus buenos dividendos y en el que están involucradas familias enteras.