A un año de una tragedia automovilística en Río Grande el conductor pide la “probation” ante la Justicia

El domingo 14 de abril del año pasado José Cornalo de 59 años fue fatalmente impactado por una camioneta de un conductor borracho, cuando salía esa mañana en su auto a comprar pan. La defensa del conductor pidió la “probatión” o suspensión de juicio a prueba, ofeciendo una “compensación del daño causado”.

El trágico siniestro tuvo lugar el 14 de abril de 2019 siendo protagonizado por Adrián Páez, un vendedor de automotores de 41 años quien había llegado a Río Grande procedente de Río Turbio, para tomar parte en el cumpleaños de la hija de un amigo.

Páez regresaba precisamente de ese cumpleaños con 1.44 de alcohol en sangre circulando por la ruta 3 en su camioneta, cuando en el cruce con calle Córdoba, frente a la Aduana, según sus dichos en la causa “se durmió”.

De esa forma impactó de frente contra el lateral del Chevrolet de José Cornalo de 59 años, quien había salido de su casa a pocos metros para comprar pan, muriendo a los pocos minutos en el nosocomio local.

La camioneta terminó contra un tercer auto, un Volkswagen Surán, que estaba detenido en el semáforo de la mano contraria de la ruta, donde un conductor sufrió lesiones en la cadera.

Por ese hecho Páez está procesado por el delito de “homicidio y lesiones culposas”, por parte del juzgado de instrucción 2 del Dr. Raúl Sahade, quien elevó la causa a juicio.

Esa carátula permitió a su defensa pedir la “probatión” o suspensión de juicio a prueba, ofreciendo a la familia de la víctima –que actúa como querellante en la causa- una compensación del daño causado dentro de sus posibilidades económicas.

La probatión está al análisis del juzgado de Ejecución, a cargo de la Dra. Natalia Buitrago, quien aún no resolvió el pedido al solicitar distintas pericias complementarias.

La querella por parte de la viuda de Cornalo, aún no fue notificada del ofrecimiento del imputado, pero su abogado, el Dr. Alejandro de la Riva, adelantó que no la aceptarán debido a las circunstancias agravantes de la conducta del imputado al conducir, “la velocidad y el estado de ebriedad”.

A un año de este trágico hecho, la Justicia deberá dirimir este pedido una vez pasada la cuarentena.