NEUQUÉN: Femicidio de Rosana Artigas: la autopsia develó una muerte atroz
Cerca de la medianoche, los forenses concluyeron con su labor. Todo es espanto. La fiscalía se alista para acusar a Fernández. (lmneuquen)
José Fernández, el ex de Rosan Artigas, pretendió cometer el crimen perfecto, lo que quiere decir que planificó casi todos los pasos que dio. Tuvo conciencia forense, pero la fiscalía de homicidios y Seguridad Personal de la Policía todavía están un paso más adelante y eso les permitió desentrañar el femicidio.
Cuando contamos con pelos y señales la investigación que se venía realizando a una semana de la desaparición de Rosana, denunciada el 23 de noviembre, pudimos descubrir datos claves de Fernández y advertir su cínica sonrisa típica de quienes creen que se saldrán con la suya.
Fernández estaba muy confiado porque había planificado todo y seguramente el fiscal Agustín García lo expondrá en la audiencia de formulación de cargos.
Fernández, tras estar en pareja 20 años con Rosana, tatuarse su nombre en el antebrazo derecho, no tomó para nada bien la separación que comenzó en octubre del año pasado y se terminó de materializar en diciembre cuando la cacheteó, denuncia que figura en la justicia de familia, y le impusieron una restricción de acercamiento que al vencerse no fue renovada.
Recientemente, Fernández se enteró que Rosana estaba saliendo con alguien. Ese evento, para la perfilación criminal, es un estresor, es decir, un desencadenante. Y vaya que lo fue.
Mecánica de muerte
Demos un salto. El viernes a las 15:15 encontraron a Rosana Artigas en un tacho dentro de las aguas del río Limay en la zona de China Muerta.
La autopsia concluyó a la medianoche, minutos antes a la familia le confirmaron la identidad.
Se pudo acceder a detalles que permiten esbozar el modus operandi que ejecutó el femicida para dar muerte a Rosana y descartar su cuerpo para evitar ser descubierto.
¿Cuál es la principal hipótesis? El 23 de noviembre, Fernández pasó a buscar a Rosana por su casa. De allí fueron a la suya y cuando entraron la atacó arteramente por la espalda con una cuerda que le ató al cuello y apretó hasta dar muerte. La autopsia da cuenta que la muerte fue por asfixia mecánica.
Detalles, siempre tan valiosos. Primero, al estrangularla evitó la perdida de fluidos biológicos por eso cuando allanaron la casa de Fernández y la de su madre no encontraron este tipo de evidencias.
Segundo, en la casa ya tenía el tacho que había pasado a buscar un día antes por la casa de un conocido.
Es decir, premeditó cada uno de los movimientos.
En su casa estuvo unos pocos minutos y volvió a salir en dirección a Centenario. Dejó a Rosana adentro del tacho recubierto en el interior con un colchón inflable. A ella la introdujo con la cabeza hacía abajo, la cuerda pegada al cuello y los pies hacía arriba. Todas las evidencias estaban dentro del tacho.
En Centenario, a las 10:52 apagó el celular de Rosana y lo descartó. Todavía no aparece.
Luego, articuló una serie de movimientos como cargar nafta, ir a comprar pan, buscar a su madre de un centro de día para jubilados y llevarla a la casa del hermano. Es decir, se procuró una serie de coartadas muy sencillas de comprobar.
Cuando volvió a su casa a la hora de la siesta le incorporó al tacho una capa de 10 centímetros de cemento, un peso necesario para que se hunda.
Luego intentó quemar el cuerpo dentro del tacho, pero las llamas fueron débiles y solo afectaron los pies, piernas y glúteos de Rosana. Todo está en la autopsia.
Después procedió a tapar el tacho y lo cargó en la caja de su Renault Oroch. Una vecina lo vio subiendo algo. El dato sirvió para que los investigadores pudieran rastrearlo aunque ya contaban con información de que había retirado el tacho un día antes por lo que trabajaban sobre un dato seguro.
Vale recordar que Fernández supo ser director de Espacios Verdes de Plottier por lo que conocía el territorio como la palma de su mano y esa información la utilizó en su favor.
La siesta el 23 de noviembre, antes de juntarse con unos amigos en el balneario de Plottier, se dirigió hasta China Muerta, tomó la calle de tierra de la Feria del Mangrullo y en el fondo costeó el río Limay donde a unos 800 metros hay un pozón en el que descartó el tacho a unos cinco metros de la orilla.
La reconstrucción de este evento final, no podría haber sido desentrañada sin toda la tarea investigativa realizada por Seguridad Personal y la Fiscalía de Homicidios que prácticamente no descansaron mientras corroboraban cada una de las líneas posibles, analizaban cámaras que fueron claves y contundentes, al igual que la geolocalización y otros elementos que dejaron a Fernández en condiciones de ser acusado por el femicidio de Rosana Artigas, la madre de uno de sus hijos.