CDRO. RIVADAVIA: Muerte de dos cabos: podría haber sido un homicidio

El Ministerio Público Fiscal no descarta que el incendio que les costó la vida a dos integrantes de la Fuerza Aérea el pasado 7 de octubre haya sido intencional. Este miércoles, bomberos y policías, junto a un perro especialmente entrenado, buscaron alguna prueba entre los escombros. (El Patagónico)

El sábado 7 de octubre se produjo un incendio en una vivienda ubicada en el denominado barrio Fuerza Aérea, en Próspero Palazzo, sobre la Ruta 39. Ese día falleció bajo las llamas el cabo Enzo Pereira, de 23 años. El 23 de octubre murió su novia, la cabo primero Evangelina Alicia Mamaní, también de 23 años.

La tragedia ocurrió a las 9:30 de aquel día y cuando los equipos de emergencia de Bomberos llegaron al lugar, la joven estaba lúcida, por lo que pudo contar que residía en la vivienda afectada y que su pareja había quedado atrapado en el interior.

Mamaní presentaba quemaduras, por lo que fue trasladada a un hospital en forma preventiva. Luego sería derivada a una clínica, donde pocas horas después informaron que permanecía en coma farmacológico. Dieciséis días después también ella falleció.

La destrucción en la vivienda fue total y una vez que los bomberos lograron sofocar el incendio, en el interior encontraron sin vida al cabo Pereira, integrante del Grupo II de Comunicaciones de la Fuerza Aérea. Su cuerpo fue trasladado a la morgue por orden del Ministerio Público Fiscal, que también dispuso la intervención de Criminalística y de la Brigada Policial de Investigaciones para el relevamiento de cámaras.

Asimismo, un perito ígneo trabajó en el lugar para determinar las causas del inicio del fuego.

Este miércoles, a un mes y un día del siniestro, alrededor de las 14 una comitiva integrada por personal de la comisaría de Próspero Palazzo, junto a bomberos voluntarios que extinguieron el fuego el 7 de octubre, volvieron al lugar de la tragedia.

Claro que no estuvieron solos. Los acompañaron integrantes de una unidad especializada de Bomberos de la Policía Federal Argentina (PFA), con un perro entrenado especialmente para estos casos. Allí, por orden del fiscal Martín Cárcamo, se buscaron registros de algún acelerante u otro tipo de acelerador químico que pudiera haber actuado para propagar las llamas.

En estos días la investigación acumuló fojas e hipótesis, por lo que no se descarta que pudiera haberse tratado de un presunto homicidio. El peritaje en el lugar del hecho precisamente era para confirmar, o no, que el hecho hubiera sido provocado en forma intencional.