CDRO. RIVADAVIA: La víctima era gasista y estaba atado de pies y manos
Enrique Oyarzo Paillan era un hombre muy activo y apreciado por sus vecinos. El lunes apareció muerto en la vivienda que alquilaba en San Martín al 3.300. Los investigadores recogen testimonios. (El Patagónico)
Una vecina escuchó un ruido en el portón de la vivienda el domingo, aproximadamente a la 1.30, así como el ladrido de una perrita que pernocta en la cuadra y que –aseguran- solo reacciona ante los desconocidos. Esta es una de las pistas con la que cuentan los investigadores del homicidio de Enrique Oyarzo Paillan, un hombre de 69 años que se desempeñaba como gasista.
Su cuerpo sin vida fue hallado el lunes a la tarde. Estaba atado de pies y manos sobre la cama del dormitorio, en la vivienda que alquilaba en San Martín al 3.300. En principio –por razones de jurisdicción- intervino personal de la Seccional Séptima. Luego todo quedó bajo la órbita del Ministerio Público Fiscal y ya comenzaron su labor los integrantes de la Brigada de Investigaciones.
Oyarzo era un hombre “muy activo, trabajador, un laburante”, comentaron sus vecinas. Una de ellas aún se hallaba en shock “porque estas cosas nunca pasan cerca; siempre es en otro lado, lejos”.
Fue justamente alguien que lo conocía quien dio la voz de alerta el lunes, ya que le llamó la atención que su camioneta no se hubiera movido durante toda la jornada, ya que la víctima salía a trabajar todos los días.
Al llegar los policías, se encontraron con el macabro cuadro. “Estaba tirado sobre la cama del dormitorio, con signos de violencia”, indicó el titular de la Unidad Regional, Cristian Ansaldo, confirmando que le habían atado las manos y los pies.
“La puerta no estaba forzada”, agregó, por lo cual quien lo mató ingresó con su anuencia. “Vivía solo y no vemos faltante de elementos grandes. El televisor estaba; la heladera también. Vamos a ir viendo con las entrevistas para saber si hay algún faltante”, añadió el vocero policial.
“Era un vecino bueno, grande, laburante; se llevaba super bien con todos; con mis hijos”, agregó otra vecina.
De momento no se descarta ningún móvil en el nuevo homicidio en Comodoro. Es el quinto de 2023. El 10 de febrero la víctima fue el estudiante universitario Emiliano David Avila (33), a quien un militar retirado de 66 años le disparó por la espalda cuando transitaba por la calle Alvear al 300. Murió una cuadra más arriba.
El 21 del mismo mes mataron a Juan Adolfo Laffeuillade (80) en su domicilio de la calle Juan B Justo 280. Por este hecho está detenida Micaela Ortellado, quien llegó hasta Caleta Olivia en la Fiat Toro del fallecido.
El 26 de abril mataron a Lautaro Labbe (16). Fue en el barrio San Martín. Le había disparado un policía 8 días antes. Permanecen imputados cuatro uniformados que prestaban servicios en la Seccional Séptima.
Finalmente, el 1 de septiembre encontraron muerto en el patio de su casa de Bella Vista Norte a M. Olivarez, de 38 años, quien trabajaba como fletero realizando viajes a la cordillera. Lo halló su propio padre