RÍO GALLEGOS: Apartaron de su cargo al policía que filtraba información a delincuentes
Así lo confirmó el superintendente de Investigaciones de la Policía. El investigado es un sargento ayudante de apellido Soto, que trabajaba en la Tercera. (lmneuquen)
A horas del allanamiento a la Comisaría Tercera, desde la Policía se informó que el agente investigado por datear a delincuentes ya fue apartado de su función. Es un sargento de apellido Soto, conocido como “El Tatú”.
El miércoles la trama de la investigación que dio con un agente de la Comisaría Tercera que filtraba información de la Policía y dateaba a los delincuentes, a cambio de una tajada de lo que estos obtenían.
Todo comenzó con un robo en una vivienda en Centenario a principios de julio, ilícito que se vio frustrado a medias ante el arribo de la propietaria. “Cuando llega la propietaria, ve que le estaban robando, les arroja un piedrazo y a las personas se les cae una mochila”, detalló el superintendente de Investigaciones de la Policía, comisario Miguel Jara.
Los delincuentes, un hombre y una mujer, alcanzaron a darse a la fuga en su Ford Focus, pero desafortunadamente dejaron atrás documentos claves que permitieron identificarlos. Jara indicó que en la mochila se halló documentación del vehículo y del titular del mismo, y esto los llevó al allanamiento clave en que todo se destapó.
La dueña del auto, que era una de las personas que había participado del robo a la vivienda, fue ubicada y su vivienda allanada, y allí saltó la verdad. En medio del procedimiento, comenzó a sonar su celular. Nadie atendió, y a los minutos volvió a sonar, pero era una llamada por WhatsApp. A la vista de todos quedó el apellido y la foto de la persona que llamaba. ¿Quién era? El Tatú, ahora identificado como un sargento ayudante de apellido Soto, quien se desempeñaba en la Comisaría Tercera y que, indudablemente, dateaba a los delincuentes.
De manera sigilosa y sin apartarlo de sus funciones, comenzó la investigación contra el agente procurando no levantar sospechas, hasta que finalmente se comprobó lo que se temía y esta semana también se allanó la comisaría donde se desempeñaba.
Por estas horas, Jara indicó que el efectivo fue notificado de la investigación y se ordenó la separación preventiva de su cargo para evitar que pueda ejercer algún tipo de influencia en la causa. Aún así, el avance de las averiguaciones determinará su futuro definitivo. “Las sanciones son muy graves para este tipo de casos”, confió el superintendente.
Este no es el primer escándalo que expone los vínculos entre miembros policiales y delincuentes que se intenta combatir en la provincia, siendo uno de los más recientes aquel que destapó la red de narcotráfico que operaba y lideraba efectivos policiales y ex efectivos.
Respecto de estos hechos que han golpeado la imagen de la Comisaría Tercera y de la Policía Neuquina en general, Jara opinó: “Siempre es una situación compleja porque a lo largo de la vida policial, uno va teniendo muchas sorpresas de este tipo y nos ha tocado con esta gestión trabajar muy fuerte en esto, tanto con la gente de Asuntos Internos como con las otras unidades investigativas. Es muy duro porque se trata de un par y de gente que por ahí filtra algún dato o información hacia el ambiente delictivo, lo que pone en riesgo a nuestro personal, a nuestros propios investigadores. Al abordarlo desde esa óptica, es bastante duro”.
En este sentido, recordó incluso que uno de los policías que quedó involucrado en la causa de los “narcopolicías”, trabajaba en el día a día justo frente a su oficina.
La fiscalía continúa avanzando en el análisis de horas de escuchas obtenidas de “El Tatú”, el sargento ayudante de la Tercera, y se busca determinar la extensión de su accionar y si hay otros agentes involucrados.