PTA. ARENAS: Joven que ingresó éxtasis a Magallanes cumplirá condena en libertad

Fue condenado por tráfico de 99 comprimidos de éxtasis con la leyenda “Peppa Pig”. El tribunal consideró las atenuantes de irreprochable conducta anterior y colaboración con la justicia. (El Pinguino)


Condenado por tráfico de drogas, ayer Guillermo Berríos Tolosa escuchó la pena que tendrá que cumplir. El Juzgado de Garantía de Punta Arenas lo sentenció a tres años de libertad vigilada intensiva y una multa de 1 millón de pesos.

El joven –ex funcionario de la Fuerza Aérea de Chile– fue hallado culpable de ingresar 99 pastillas de éxtasis a Magallanes a través de una encomienda. Durante el tiempo que fue investigado estuvo con arresto domiciliario total, una medida que fue sustituida por la reclusión nocturna hasta que la sentencia esté firmada.

Las indagatorias en su contra se iniciaron en la Región de La Araucanía. El 4 de febrero, la sucursal de Correos Chile en Villarrica descubrió un paquete con características sospechosas. Al abrirlo, encontraron toallas higiénicas con casi 100 pastillas con la leyenda “Peppa Pig” de distintos colores.

Se comunicaron con la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de Villarrica, quienes sometieron los comprimidos a una prueba de campo y comprobaron que se trataba de éxtasis.

El paquete tenía como destino la Base Aérea de Chabunco. Para asegurar el descubrimiento en flagrancia, el Ministerio Público autorizó el uso de dos agentes encubiertos de la Brigada Antinarcóticos, quienes hicieron un seguimiento del paquete.

En la tarde del 10 de febrero los agentes vieron la llegada del imputado a la oficina de Correos Chile, ubicada en calle Bories. Cuando retiró la encomienda y se subió a un vehículo, los funcionarios lo arrestaron e incautaron la droga.

Berríos Tolosa fue condenado en juicio abreviado el miércoles pasado. Aunque arriesgaba tres años de cárcel, el tribunal consideró dos atenuantes que le beneficiaban: colaboración con la justicia –por admitir su responsabilidad en los hechos– y no tener antecedentes penales.

Por ello, el juzgado decidió sustituir los años de cárcel por la libertad vigilada intensiva. Durante tres años el Centro de Reinserción Social de Gendarmería (CRS) debe monitorear el cumplimiento de la pena.

En cuanto a la multa de casi 1 millón de pesos, el condenado tendrá la posibilidad de pagarla en doce cuotas o sustituirla por prestación de servicios comunitarios.