NEUQUÉN: U22: dos peligrosos internos escapan tras dañar un enrejado

Tienen antecedentes por robo y lesiones. Uno de ellos fue cómplice en el crimen del médico Farías Rojas, en 2011. La fuga ocurrió este martes en Cutral Co. (lmneuquen)

Dos peligrosos reclusos de la U22 de Cutral Co dañaron un enrejado y escaparon del penal sin ser detectados, y son intensamente buscados por estas horas. Uno de ellos es Iván Barría, cómplice del asesinato a quemarropa del médico del barrio Aeroparque, Manuel Farías Rojas, en 2011. Ambos internos cuentan además con antecedentes por violentos robos con arma y cumplían penas de 6 y 9 años por dichos delitos.

Así se conoció minutos antes del mediodía de este miércoles, sobre el escape que involucró a Iván “Chucky/Polaco” Barria y Ángel Garnica, ocurrido la tarde del martes.

 Los jóvenes cortaron y doblaron la reja que protegía una de las ventanas del sector donde se encontraban, tras haber sido retirados -por razones que no trascendieron- del pabellón donde estaban alojados. De esta manera, lograron salir del edificio y luego escaparon cruzando el cerco perimetral.

Una posterior requisa del lugar permitió a los efectivos del penal secuestrar una barreta de hierro y una prenda de vestir, elementos que habrían sido utilizados en el hecho.

Desde la Policía ya se ordenó una orden de captura inmediata para ambos y se pide la colaboración de la población para ubicarlos. También se realizará una investigación de rigor para dilucidar si los internos contaron con ayuda para concretar su fuga.

Antecedentes

Barría está condenado por una causa de robo y lesiones y comenzó a purgar en 2017 una pena de 9 años. Sin embargo, es más conocido por haber estado involucrado de adolescente (junto a Andrés “Carnaza” Molina) en el asesinato del médico tucumano Manuel Farías Rojas en el 2011 quien se desempeñaba en una salita del barrio Aeroparque.

Dicho crimen cumplió su noveno aniversario el pasado 2 de junio, y su móvil continúa siendo un gran interrogante tanto para la familia como para los investigadores. Ni Barría ni Molina fueron condenados por el homicidio, algo que la esposa de Farías,Amelia Tapia, carga con pesar hasta el día de hoy,  Molina, entonces de 16 años, aceptó la responsabilidad del crimen y estuvo con libertad asistida hasta la mayoría de edad. En cambio, Barría, de 14 años, fue sobreseído.

Por su parte, el segundo prófugo, Garnica, se encontraba condenado por un robo con arma cometido en complicidad con Andrés Molina, y cumplía en el recinto una pena de 6 años. Cuenta con tatuajes en sus brazos y posee una importante cicatriz a la altura de su cadera, sobre el lado izquierdo.