Se cumplen 9 años de uno de los más brutales crímenes en la historia de Río Grande: el doble homicidio de Chacra XIII
Fue el homicidio de una pareja de ancianos, quienes recibieron numerosas puñaladas de parte de jóvenes totalmente drogados para robarle dinero. Uno de ellos sigue cumpliendo prisión perpetua (foto) y el otro se suicidó en la cárcel hace unos años. La falta de contención, marginalidad y consumo de drogas; fueron en parte detonante del brutal hecho, problemáticas que se han potenciado a lo largo de los años en jóvenes de Chacra XIII. El hecho derivó en la inauguración de la comisaría Quinta en ese barrio.
Héctor Techeira de 70 años y Deliz Briza de 72 eran una pareja de jubilados que llegaron a la provincia en 1984 y habían obtenido a través del IPV por fin su vivienda propia en la reciente urbanización de Chacra XIII.
No tenían hijos, tenían una activa participación en una iglesia de “Jesucristo de los Santos de los Últimos Dias”. Sus vecinos los recordaron como muy hogareños y solidarios, incluso muchas veces con los propios jóvenes del barrio que los ultimaron.
Los asesinos; David Emanuel Ojeda de 20 años y Diego Sebastián Morales por ese entonces de 16 años; llegaron esa madrugada a una casa de una amiga donde se encontraron tomando junto a dos chicas y otro joven, Gabriel Brauton, quien fue detenido al inicio de la investigación pero luego sobreseído para convertirse en testigo.
En un momento decidieron buscar dinero para lo que tomaron un cuchillo de la cocina y se fueron a la casa de las víctimas a unos 50 metros del lugar donde estaban, en Paso de los Andes 3586, llegando cerca de las 4.30 de esta madrugada del 24 de abril de 2011.
Golpearon la puerta de entrada que fue abierta por Delia Briz, quien accedería al pedido de dinero de los jóvenes, a pesar de lo cual fue llevada hasta una de las habitaciones donde murió masacrada a puñaladas, contabilizando la autopsia un total de 38 lesiones cortantes.
Nunca se pudo determinar en que punto de este criminal acto, el restante de estos dos sujetos tomó el segundo cuchillo, de la propia cocina de las víctimas.
La segunda víctima, Techeira, nada pudo hacer, solo encerrarse en la habitación restante donde pasó sus últimos minutos de vida, tratando de resistir la brutal embestida de estos dos asesinos que acuchillaron y patearon la puerta hasta que el hombre se vio vencido. Una vez que ingresaron a la habitación lo apuñalaron brutalmente, contabilizando la autopsia 48 lesiones entre puñaladas y cortes.
Los peritajes allí fueron concluyentes indicando que tanto la puerta como Techeira fueron atacados con dos armas cortantes diferentes.
Los jóvenes se llevaron un celular, cien pesos y la billetera de la mujer, no sin antes dejar las hornallas abiertas con gas y prender fuego el mantel de la mesa, con lo que buscaban generar un incendio que ocultara las huellas del crimen. El fuego se apagó y la terrible escena se preservó.
Un macabro escenario
El intento de incendio de la casa provocó el alerta de los vecinos y unidades de emergencia que llegaron en las horas subsiguientes para encontrarse con un escenario increíble para la historia policial de esta ciudad.
La masacre era un mar de evidencia de ambos jóvenes e incluso las autoridades solo tuvieron que seguir el reguero de sangre hasta la casa a la vuelta donde habían retornado los homicidas, contando lo sucedido y mostrando heridas sufridas, sangre propia y de las víctimas.
Allí se pudo dar con los cuchillos descartados, luego la Policía encontró una campera que Morales enterró en una esquina próxima y los allanamientos hicieron el resto, aportando abundante prueba para la condena de ambos sujetos.
El procedimiento aquella mañana de domingo en la escena del brutal crimen.
Condena y muerte
En mayo del 2012 se emitió la condena en juicio a David Ojeda por homicidio doblemente agravado reiterado y robo con arma, otorgándose la prisión perpetua. Morales en ese entonces menor recibió la responsabilidad penal y en 2013 cuando cumplió 18 años fue condenado en un juicio de menores a 12 años de prisión.
El tiempo de detención de Morales fue mucho menor, en 2016 fue encontrado ahorcado en su celda de la Unidad de Detención 1. ¿Remordimiento?… nunca ninguno de los dos mostró el mas mínimo a lo largo del proceso ni en el juicio oral y público.
Morales solo trató de desligar su responsabilidad señalando que todo fue obra de Ojeda. Este último fue mucho más frío, nunca declaró respecto de lo sucedido.
El único recuerdo viviente y silente de este atroz crimen sigue siendo David “La muerte” Ojeda, quien con 29 años y sus últimos 9 encerrado, es casi una sombra de aquel joven, con mal concepto en conducta carcelaria, quien incluso nunca habló ni quiso hacerlo para este informe sobre lo sucedido.
Este joven que en 2013 tuvo una breve fuga de la cárcel por unas horas, posiblemente dentro de 11 años acceda a salidas transitorias o laborales, y en el año 2046 podría recién acceder a la libertad condicional. Igualmente su evolución carcelaria ha sido nula, y nunca ha demostrado interés en alguna de las actividades académicas o laborales intramuros para calificar a esos beneficios.
Prácticamente un muerto civil en vida, es el saldo de esta terrible historia que conmovió a los fueguinos esa mañana de domingo.