NEUQUÉN: Condenado por desfigurarle el rostro a una sargento fue capturado en La Pampa
El joven que fue condenado a 4 años de prisión por desfigurarle el rostro a la sargento Gladys Almendra, fue capturado este lunes en la provincia de La Pampa y trasladado a la U11. Es que, desde el 5 de diciembre, Gerson Levi era buscado por la justicia neuquina para que comenzara a ejecutar pena, mientras él se encontraba escondido en la casa de un familiar en la ciudad de Santa Rosa.
Levi no alcanzó a estar ni dos semanas prófugo que su suerte se acabó. Tras una intensa búsqueda, finalmente el personal del Grupo de Recaptura de Evadidos, que depende del Departamento de Delitos contra la Propiedad y Leyes Especiales, dio con su ubicación y lo detuvo en dicha provincia.
Posteriormente, el joven fue trasladado por los efectivos policiales hacia Neuquén y desde ayer ya se encuentra alojado en la U11, donde comenzó a cumplir su condena por el delito de lesiones graves agravadas por ser cometidas contra un miembro de la fuerza policial.
La agresión a la sargento
El brutal hecho ocurrió el 5 de diciembre de 2018, cuando la sargento Gladys Almendra concurrió a la vivienda del joven ubicada en calle Honduras y José Martí, del barrio Traún Hue de Centenario.
Allí, la oficial llegó al lugar junto con otro compañero, alrededor de las 18:20, alertados por un hecho de violencia de género. Levi había golpeado a su madre, luego de que no le permitiera comprar un arma de fuego.
Cuando la sargento entrevistó a la mujer para que le explicara lo ocurrido, Levi salió de la casa insultándola por llamar a la Policía, y agarró un objeto contundente y se lo arrojó a la sargento. Se trataba nada menos que de “un recipiente similar a una tapa de rosca de caño 12 ¾ de plástico macizo” de unos 30 centímetros, que impactó directamente en la cara a la uniformada, quien intentó cubrirse con un brazo.
Pese a ello, la uniformada sufrió una herida cortante en la cara por la que requirió 20 puntos de sutura y que le deformó el rostro de manera permanente.
“Acudí para mediar la situación y desde que me vio, me empezó a insultar, me decía ‘¿qué haces acá, milica de mierda? Salí de acá’. En un momento me dijo ‘vos no me vas a decir lo que yo tengo que hacer’, se agachó y agarró un elemento con el que me pegó. Si yo no me tapaba un poco, me partía el ojo; hubiera sido peor”, contó Gladys.