El defensor cuestionó la querella por parte del Estado en estos casos y “no en los juicios contra funcionarios acusados de corrupción”
El alegato del defensor sostuvo la absolución ya que “desde un primer momento mi pupilo tuvo un estado de intoxicación y no tuvo comprensión de los hechos, pudo haber una imputabilidad disminuida”, reparó en relación a la ingesta previa de psicofármacos y alcohol.
Aludió a la situación de que horas antes su padre le había comunicado de una enfermedad terminal de su madre, la cual falleció en estos meses en que Jaime estuvo detenido, quien no tuvo autorización para ir a verla.
En ese sentido el defensor apuntó, “cuestioné el rol del Estado por que buscan a estos muchachos vulnerables para presentarse como querellantes cuando todos sabemos lo que ha pasado en la provincia, donde numerosos casos contra delitos cometidos por funcionarios nunca tuvieron a un Estado actuando como ofendido, más cuando es el Estado el que debe rescatar y contener a estos chicos”.
Allí relató el historial personal de Jaime con adicciones desde los 12 años, la expulsión del joven de esta misma escuela en su edad escolar, “los tratados internacionales obligan al Estado a cuidar a los niños y adolescentes y no dejarlos a merced del flagelo de la droga”, como se probó en el caso de Jaime en su informe social.
Asimismo cuestionó los pedidos de condena con el máximo de la pena, “es obsceno pedir el máximo de la pena, sin tener en cuenta las cuestiones atenuantes que se mencionaron pero no se mensuraron al pedir pena. Es terminar de destruir la vida de Jaime”.
Finalmente al ser consultado respecto de la posibilidad de que Jaime abandone la provincia en caso de recuperar su libertad, dijo, “sea cual fuere el resultado del juicio, la condena social que pesa sobre este chico no creo le haga fácil la vida acá en Tierra del Fuego”.
El tribunal pasó para un cuarto intermedio este miércoles en que se conocerá el veredicto.