PTA. ARENAS: Científico ruso sobrevivió a puñalada en el corazón
Una sorprendente recuperación experimentó el científico ruso, Oleg Beloguzov, de 52 años, quien recibió una estocada en el corazón mientras cumplía funciones en la estación rusa Bellingshausen, en la Antártica. El hombre soportó una derivación de doce horas, volando desde la Antártica hacia Punta Arenas, con una herida penetrante en el corazón, logrando sobrevivir al ataque. (El Pingüino)
De acuerdo a los antecedentes que se manejan, Beloguzov compartía en la cantina de la estación Bellingshausen, cuando por razones que se investigan su colega y compañero Sergei Savitsky tomó un cuchillo y lo apuñaló en el corazón provocándole lesiones graves y dejándolo al borde de la muerte. Tras recibir las primeras atenciones en la base se inició la derivación vía aérea al Hospital Clínico de Magallanes.
Durante la tarde del martes 9 de octubre pasado, el científico fue ingresado en estado grave a la Unidad de Emergencia Hospitalaria del Hospital Clínico. Su condición era de riesgo vital debido a una grave hemorragia.
El doctor José Ignacio Iñíguez, cardiocirujano y jefe de la Unidad de Emergencia, recordó que a primera hora de ese día fue informado que evacuarían a este paciente que había sido agredido por arma blanca.
El especialista recordó que el paciente arribó a Punta Arenas en estado grave, con una anemia severa y con la presión baja. A su ingreso se le practicaron los primeros exámenes y se decidió explorarlo. Ya en pabellón, se constató que el paciente tenía una herida en el ventrículo derecho del corazón, que es una lesión grave y potencialmente letal. “El paciente pudo haber muerto en la base antártica o durante el traslado, pero por esas cosas de la vida resistió el traslado, nosotros lo operamos, le cerramos la herida y se le entregaron las atenciones necesarias”, complementó Iñíguez.
Su post operatorio se realizó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico, donde estuvo conectado a ventilación mecánica y con soportes invasivos. Su condición era grave, había perdido mucha sangre y requirió muchas transfusiones, tuvo un shock hipovolémico y necesitó un soporte vital avanzado.
Al cuarto día despertó totalmente desconectado de la realidad. Siendo ruso despertó en un lugar desconocido, rodeado de gente extraña, que no hablaba su idioma y sin sus lentes no veía nada y escuchaba que era otro idioma. “Afortunadamente la doctora Beatriz Galetovic, quien es médico internista del Hospital Clínico habla ruso y ella fue la intérprete quien pudo acercarse al paciente. Eso cambió su ánimo y comenzó a mejorar”, subrayó el facultativo.
Su evolución fue favorable y su función cardiaca está estable de manera que el equipo médico del Hospital Clínico le dio ayer el alta médica. Sin embargo, esta lesión deja secuelas que va a tener que controlar en Rusia.
Tras dejar los soportes vitales, Beloguzov cuenta con un traductor en el teléfono lo que ha facilitado las conversaciones. Contento por el alta médica, el científico viajará a Santiago y luego a San Petersburgo, en Rusia.