NEUQUEN: Secuestro virtual: le sacaron la pensión a una abuelita
Fue en Centenario. La víctima entregó $6 mil y joyas. (lmneuquen)
Una banda de estafadores virtuales tiene en jaque a todos en Centenario y la Policía no ha logrado conseguir ni una pista sobre sus integrantes. Esta vez, una abuela de 81 años creyó que habían secuestrado a su hija y entregó 6000 pesos.
Las víctimas son al voleo, tanto que los delincuentes parecen abrir la guía telefónica y empezar a llamar donde cae el dedo. No discriminan ni por barrio ni por edad, pero siempre se comunican de madrugada y, por lo general, las víctimas son abuelos. Les dicen que secuestraron a un familiar y que deben entregar todo el dinero que tienen para pagar el rescate.
Sólo la madrugada del martes hubo cuatro intentos fallidos, tal como publicó LM Neuquén. Pero la historia no terminó ahí. Al día siguiente volvieron a intentar y al otro también. Los falsos secuestradores virtuales no pararon hasta que una vecina de 81 años cayó en la estafa. Minutos después de las 4, un llamado telefónico la despertó. Le dijeron que tenían secuestrada a su hija, quien vive en el mismo terreno en la parte delantera, sobre calle Haití. Asustada, la mujer puso el dinero de su pensión y algunas alhajas en una bolsa de residuos y la arrojó hacia la vereda, sin lograr ver nada.
“Alcanzó a escuchar el ruido de una moto, pero no vio a nadie”, contó el comisario Daniel Segura, y aclaró que, una vez que oyó al vehículo alejarse, fue hasta la casa de su hija y constató que ella se encontraba durmiendo. De inmediato, se comunicaron con la Policía para narrar lo sucedido.
La Brigada de la Comisaría Quinta y el Departamento de Delitos Económicos ya investigan el robo, que se suma a decenas de denuncias por llamados extorsivos similares.
La madrugada del miércoles, un matrimonio se salvó de milagro cuando estaba por entregar un bolso con 30 mil pesos porque justo pasó un patrullero.
Las pistas son casi nulas, ya que al llamar a teléfonos fijos, no quedan registros de los números. Ninguna víctima pudo identificar un vehículo y no hay testigos.
Fue en Centenario. La víctima entregó $6 mil y joyas. (lmneuquen)
Una banda de estafadores virtuales tiene en jaque a todos en Centenario y la Policía no ha logrado conseguir ni una pista sobre sus integrantes. Esta vez, una abuela de 81 años creyó que habían secuestrado a su hija y entregó 6000 pesos.
Las víctimas son al voleo, tanto que los delincuentes parecen abrir la guía telefónica y empezar a llamar donde cae el dedo. No discriminan ni por barrio ni por edad, pero siempre se comunican de madrugada y, por lo general, las víctimas son abuelos. Les dicen que secuestraron a un familiar y que deben entregar todo el dinero que tienen para pagar el rescate.
Sólo la madrugada del martes hubo cuatro intentos fallidos, tal como publicó LM Neuquén. Pero la historia no terminó ahí. Al día siguiente volvieron a intentar y al otro también. Los falsos secuestradores virtuales no pararon hasta que una vecina de 81 años cayó en la estafa. Minutos después de las 4, un llamado telefónico la despertó. Le dijeron que tenían secuestrada a su hija, quien vive en el mismo terreno en la parte delantera, sobre calle Haití. Asustada, la mujer puso el dinero de su pensión y algunas alhajas en una bolsa de residuos y la arrojó hacia la vereda, sin lograr ver nada.
“Alcanzó a escuchar el ruido de una moto, pero no vio a nadie”, contó el comisario Daniel Segura, y aclaró que, una vez que oyó al vehículo alejarse, fue hasta la casa de su hija y constató que ella se encontraba durmiendo. De inmediato, se comunicaron con la Policía para narrar lo sucedido.
La Brigada de la Comisaría Quinta y el Departamento de Delitos Económicos ya investigan el robo, que se suma a decenas de denuncias por llamados extorsivos similares.
La madrugada del miércoles, un matrimonio se salvó de milagro cuando estaba por entregar un bolso con 30 mil pesos porque justo pasó un patrullero.
Las pistas son casi nulas, ya que al llamar a teléfonos fijos, no quedan registros de los números. Ninguna víctima pudo identificar un vehículo y no hay testigos.