Riograndense vivió una increíble odisea en Chile por dólares falsos que habría comprado en el BTF

Un corto viaje de placer de un reconocido vecino local terminó en una odisea, cuando se dirigió a Punta Arenas el pasado 10 de febrero, donde quiso cambiar dólares adquiridos en una entidad bancaria provincial. Luis “Lucho” Torres se sorprendió cuando 200 de los 500 dólares que intentó cambiar eran falsos, pero la situación pasó a peores cuando integrantes de la PDI lo tiraron al suelo, lo esposaron y sometieron a un tortuoso proceso por una situación ajena a su voluntad.

 
El increíble episodio tuvo lugar el pasado 10 de febrero cuando el conocido locutor y propietario de una FM local, Luis “Lucho” Torres, viajó en calidad de turista a la ciudad trasandina de Punta Arenas.
 
Torres llevó consigo 500 dólares que adquirió el 2 de febrero en el BTF local, viajando a Punta Arenas el día 10, oportunidad en la que sufrió este humillante episodio cuando intentó cambiar la moneda estadounidense en la casa de cambio de la zona franca.
 
Allí el empleado le aseguró que dos de los cinco billetes de cien dólares eran falsos, señalándole que esa situación solía pasar con turistas argentino, incluso aquellos que aseguraban que habían comprado el dinero en una entidad bancaria.
 
Allí incluso se le dio la posibilidad a Torres de dejar la situación allí, pero el portador del dinero insistió en aclarar la situación asegurando haber actuado de buena fé, convocándose a tal efecto a personal de la Policía de Investigaciones (PDI).
 
Las autoridades en el lugar conversaron con Torres buscando aclarar la situación por lo que le solicitaron, los acompañara a la estación policial. Una vez allí el trato para con el riograndense cambió dramáticamente.
 
 
 
Esposado y humillado
 
Torres se vio sorprendido cuando ya en sede policial fue esposado y obligado a tirarse al suelo como un “delincuente común”, quedando detenido y comenzando allí una odisea judicial que se prolongó por dos días hasta que finalmente el 12 fue liberado y autorizado para retornar a Río Grande, proceso judicial mediante.
 
La odisea de este vecino busca derivar ahora en la posibilidad de una acción judicial contra el destrato sufrido por parte de las autoridades chilenas en relación a una situación que periódicamente suele suceder en el vecino país y que, se sabe, en el común denominador de los casos es ajeno a la voluntad del portador del dinero, que suele actuar de buena fé.
 
“La humillación que me comí no tiene nombre”, solo comentó escuetamente Torres ante la consulta periodística, pidiendo excusarse de brindar mayores precisiones hasta tanto se definan los pasos legales a seguir.