CDRO. RIVADAVIA: Dura condena por tráfico de casi 100 kilos de droga a Chile desde Futaleufú
El estibador paraguayo Pablo Britez Ríos fue condenado a 8 años y 6 meses de prisión por haber intentado contrabandear a Chile más de 95 kilos de marihuana en 114 paquetes a través del Paso Internacional Futaleufú. Además recibió una inhabilitación especial de 5 años para el ejercicio del comercio y por el doble tiempo de la condena para ser funcionario público. También fue condenada su pareja, Claudia Ojeda Enciso, a 7 años de prisión, con las mismas inhabilitaciones.
Ambos, con su bebé de dos años, ingresaron desde Brasil por el Paso Internacional Iguazú, Misiones, el 2 de mayo de 2014. Simulaban ser turistas.
Iban en una camioneta Mercedes Benz con chasis adulterado y papeles a nombre de Pablo, falsos. Los paquetes con droga estaban sujetos con cinta de embalar ocultos en un doble fondo del baúl, bajo una alfombra. Suficientes para 273.967 dosis.
3 mil kilómetros
Atravesaron 3.000 kilómetros por varias provincias y el 11 de mayo llegaron al paso fronterizo Río Futaleufú, Chubut, intentando salir con destino a Viña del Mar, Chile. Una vez en el puesto de control, la desorientación de la pareja llamó la atención de los funcionarios aduaneros, además de la “mirada esquiva” del sujeto.
“Había discordancia entre las características del vehículo y su vestimenta, la contradicción entre la ruta elegida y el destino, teniendo en cuenta el lugar de procedencia”. Según un funcionario de experiencia de la Aduana, la pareja “hacía preguntas en el trámite migratorio que no eran las típicas que realiza una persona que quiere hacer un cruce fronterizo”. No sabían qué debían hacer ni dónde ir, y preguntaban dónde estaban.
La camioneta Mercedes Benz no parecía de una pareja con ese perfil y esa vestimenta. El funcionario los interrogó. “A partir de las respuestas percibe que no hay consistencia entre ellas, haciéndose obvio que la ruta elegida era atípica, antieconómica e inusual”.
Llamaba mucho la atención el poco equipaje para un viaje de tantos días y de tanto recorrido, máxime que iban con un menor. “Cuando se viaja con chicos se necesita ropa, y esa pareja casi no tenía nada”.
Le preguntó a la mujer si llevaban algo comprometedor. “Le dijo que no, que ella comulgaba una religión, creía en la Virgen y no hacía cosas extrañas. Le preguntó a quién iban a visitar a Chile y le dijo que a muchas personas porque tenían muchos parientes. Esa respuesta vaga reforzó sus sospechas”.
“Ramona”, perra antidrogas de la AFIP, controló el vehículo y se puso nerviosa al detectar la marihuana cerca del paragolpes trasero. Rascó hasta que olió y “marcó” el depósito clandestino, sellado con remaches.
Defensa
En su defensa Ríos explicó que trabajaba como estibador en Paraguay de 6 a 22. Se levantaba a las 4 y sufrían problemas económicos. Lo contrató una persona para entregar un vehículo en Chile a cambio de 1.500 dólares. Les entregó el Mercedes Benz en Ciudad del Este, y les dijo que lo iba a guiar por las rutas argentinas.
En Azul se quedaron en un hotel, dos personas se acercaron y se llevaron el auto, devolviéndoselos a los dos días para seguir viaje. El imputado dice haber notado que el amortiguador trasero golpeaba. Pensó que era una falla. Sentía la diferencia de peso con el primer tramo del viaje. Claudia, por su parte, dijo que sólo lo acompañó como vacaciones porque no conocía Argentina. Todo era mentira.
Facebook
Al peritar el celular de la mujer la pesquisa notó que vía Facebook Ríos le dijo que “va a ver” un trabajo. Ya en la ruta, ambos le escribían a un tal “Tío”para contarle por dónde iban y los gastos del viaje. Él les instruía la ruta a seguir y el destino: Viña del Mar. Les pedía que borren los mensajes y los controlaba. Recibieron giros en Bahía Blanca enviados a través de Western Union por Mario y Ruth Rodas, y Manuel Martínez, todos de Paraguay.
“El ilícito estaba en desarrollo y no era un inocente paseo por nuestro país”, dice el fallo. Según la orden del “Tío”: “Primero pasa Leleque después Esquel después Futaleufú último Chaitén y ahí tenés que pasar x balsa decí que te vas de turista, tu último destino es Viña del Mar”.
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia razonó que un viaje normal entre Ciudad del Este y Viña del Mar, cruzando por Mendoza, es de 2.396 kilómetros y dura 30 horas de recorrido neto, con un costo mucho menor en combustible, alojamiento y comida.
La pareja sabía esto pues no era la primera vez que viajaba a Chile. Pero eligieron un puesto fronterizo sureño, bien alejado de su lugar de origen, esperando que tuviera menos controles para la droga.
“El hecho de que no hayan sido sujeto a controles en las anteriores fronteras o que esos controles no hubieran descubierto el estupefaciente, no quita peso a este razonamiento, pues es conocida la permeabilidad de la Triple Frontera y en el marco de los Acuerdos de Mercosur se tiende a un libre y fácil acceso de bienes y personas”, concluyó la sentencia.