RAWSON: Padre e hijo condenados a 10 y 8 años de prisión por la muerte de un joven
Luego de la lectura de la sentencia, la madre de Emmanuel, Susana Pires, dijo que si bien no puede decir que está contenta “me alcanza con saber que van a estar varios años guardados y que la Justicia demostró que son los responsables de la muerte de mi hijo. Voy a aceptar la condena porque tengo cosas más importantes como reconstruir mi familia y aprender a vivir sin él”.
La acongojada madre agradeció el acompañamiento “de todos, a la Dra. Moreno, a Carlos Villada, al Padre Marcelo. No hubiera llegado sin este acompañamiento”. Si bien no pudo hablar de perdón por no estar preparada aún, Susana Pires expresó que “hemos llegado hasta acá, si hay otras instancias serán de mi abogado, yo no quiero seguir pensando en los asesinos de mi hijo, mi familia es más importante”.
Por su parte el abogado de la familia Pires, Carlos Villada, consideró que la sentencia estuvo bien: “creía que iba a ser más pero nada más que eso, no es un agravio enorme. Pedimos el máximo (25 años) porque era el máximo y ella perdió a su hijo perpetuamente”. No obstante ello, Villada anticipó que va a cumplir con lo que dijo Susana Pires que “no quiere tener más su mente en este tema ni quiere un recurso extraordinario”. Además consideró la condena como “ejemplificadora para que la gente como los Naya deje de hacer este tipo de cosas”.
En cambio, la fiscal Mirta del Valle Moreno se mostró en desacuerdo con el monto y el fallo, ya que había pedido 20 años.
Emmanuel murió de un paro cardiorespiratorio producido por el daño neurológico que le ocasionó el impacto de bala en la zona occipital de su cabeza realizado por Oscar Naya con fusil tipo Máuser con mira telescópica.
Ambos condenados fueron vistos por uno de los amigos de Emmanuel quien distinguió la camioneta desde la que efectuaron el disparo al tiempo que también los vio escapar del lugar, según se estableció durante la lectura de la sentencia realizada este martes.
“Ambos eran expertos cazadores, conocedores de la capacidad de fuego de la misma y de las consecuencias mortales que podían generar. (…) Tenían dominio total del hecho y con discernimiento y voluntad de hacerlo. Tenían un plan. (…) Demostraron absoluto desprecio de las consecuencias”.