Estremecedor testimonio de la viuda de la víctima que recriminó a Benítez “nos arruinó la vida”
Comenzó el juicio oral y público contra un hombre acusado de haber matado de una puñalada al amante de su pareja. Patricio Benítez se negó a declarar y luego lo hizo la viuda quien le dijo en la cara, “le tendría que haber reclamado a su mujer, no a mi marido” a quien “lo privó del derecho a la vida”. La mujer terminó descompensada.
El Tribunal de Juicio Oral inició el juicio contra Patricio Edgar Benítez, sujeto de 37 años que es acusado del delito de homicidio, en relación a lo ocurrido el pasado 3 de agosto cuando este sujeto ultimó de una certera puñalada en el abdomen a su amigo, César Osvaldo Morte.
Benítez había descubierto la noche anterior, en el teléfono celular de su mujer, mensajes entre la víctima y esta, por lo que procedió a echarla de su casa y al día siguiente convocó a Morte mediante mensajes de texto desde el mismo teléfono.
Morte llegó engañado a la vivienda, donde fue ultimado de una puñalada en el estómago, tras lo cual Benítez se entregó a la Policía.
Al inicio del proceso Benítez se negó a declarar ante el tribunal para luego pasar al testimonio de Silvia Guzmán, la mujer de la víctima fatal, quien solo pudo brindar detalles de que ese domingo su marido recibió un llamado telefónico y mensajes.
La mujer desconsolada aseguró que luego la Policía fue a notificarla del deceso estallando en indignación contra el imputado, quien se mantuvo llorando casi todo el tiempo con la cabeza agachada y tomándosela con las manos.
La testigo le recriminó, “le tendría que haber reclamado a su mujer, no a mi marido, eso es un tema mío, uno las infidelidades las habla y sabrá si las perdona o no”, dijo, agregando, “pero lo privó del derecho más importante que tenemos las personas, lo privó del derecho a la vida”, dijo totalmente desconsolada e indignada.
La mujer terminó su declaración casi descompensada por lo que se pasó a un cuarto intermedio tras el cual declaró su hija, quien continuó las recriminaciones contra Benítez, quien no levantó el rostro a lo largo de las testimoniales, llorando en gran parte de la jornada.